| | | Cuando te conoc� vibr� con tu presencia, mi alica�da esencia vol� rauda hacia ti. En mi interior tem� por mi alma devastada, primavera agostada en un antiguo amor, de cuyo gran dolor yac�a atormentada. Mi mente era morada de amargos pensamientos. Con largos sufrimientos y la ilusi�n perdida, ansiaba estar dormida, olvidar los tormentos, borrar los pensamientos y jam�s despertar. Il�gico abrigar una nueva pasi�n. Despierto el coraz�n volver�a a llorar. En extra�o lugar feliz en desventura..., aislada la ternura, viv�a complacida en soledad sumida, ba�ada en amargura, En esta singladura carente de esperanza, perdida la confianza, tem� celos de amor previendo su dolor hiriera mi bonanza. Del alma la mudanza es un divino don, una m�gica unci�n curando nuestras llagas, las manos de las sagas limpiando el coraz�n. Feliz renovaci�n del ente inmaterial, es h�lito inmortal que en nuestro ser profundo construye un nuevo mundo, eterno es su caudal. Al soplo celestial en amor renac�a. As�, en un blanco d�a surgido en negra noche, tu ardiente y firme broche prendi� en m� la alegr�a. Vehemente algarab�a fundido el fr�o hielo. Las dos almas en vuelo, cita de amor naciente, se unieron dulcemente en renovado cielo. Sin el aciago velo fue nuestro amor ardiente, uni�n de cuerpo y mente, ideal y sensitivo, salvaje y primitivo, inefable, �infrecuente!.
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