

Te he encontrado, amado mío, en el agua de tu río.

Con mi zéjel, animada por la orilla iluminada, doy albricias, tu oleada llenó de paz mi vacío.

Yo soy tuya y tu eres mío en tu torrente bravío.

Tu alfaida al sol del verano, por la tierra de secano, regó mi fruto temprano con mi fe y tu poderío.

Derribó tu señorío el alfaque del desvío.

Bañada por la corriente, enraíza tu simiente bajo la estrella de Oriente en la aridez de mi estío.

No temo al calor ni al frío acogida a tu albedrío.

Vivo la naturaleza anegada en tu belleza, luz de mi alquibla, pureza, en este arenal umbrío.

Alimentas mi plantío con tu brillante rocío.

En mis versos aljamiados, júbilo y dolor trenzados, por desiertos y poblados confesaré mi extravío.

¡Qué alborozo, amado mío, en el agua de tu río!.
Emma Margarita R.A.-Valdés
Del libro: "Algarabía" Editorial: Obra Social y Cultural de Cajasur. Publicado con permiso de la Autora. Prohibida su reproducción sin su expreso consentimiento.
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Palabras de origen árabe y hebreo utilizadas en el texto.
Alborozo: Extraordinario regocijo, placer o alegría. Albriciar: Dar una noticia agradable. Alfaida: La crecida del río por el flujo de la pleamar. Alfaque: Banco de arena, generalmente en la desembocadura de los ríos. Aljamiado: Escrito en aljamía. (Aljamía: nombre que daban los moros a las lenguas de los cristianos peninsulares). Alquibla: Punto del horizonte o lugar de la mezquita, hacia donde los musulmanes dirigen la vista cuando rezan. (El punto del horizonte que se tiene enfrente, el mediodía). Zéjel: Composición estrófica de la métrica española, de origen árabe.
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