sábado, 8 de diciembre de 2012

TU RÍO

 







Te he encontrado, amado mío,
en el agua de tu río.



Con mi zéjel, animada
por la orilla iluminada,
doy albricias, tu oleada
llenó de paz mi vacío.



Yo soy tuya y tu eres mío
en tu torrente bravío.



Tu alfaida al sol del verano,
por la tierra de secano,
regó mi fruto temprano
con mi fe y tu poderío.



Derribó tu señorío
el alfaque del desvío.



Bañada por la corriente,
enraíza tu simiente
bajo la estrella de Oriente
en la aridez de mi estío.



No temo al calor ni al frío
acogida a tu albedrío.



Vivo la naturaleza
anegada en tu belleza,
luz de mi alquibla, pureza,
en este arenal umbrío.



Alimentas mi plantío
con tu brillante rocío.



En mis versos aljamiados,
júbilo y dolor trenzados,
por desiertos y poblados
confesaré mi extravío.



¡Qué alborozo, amado mío,
en el agua de tu río!.


Emma Margarita R.A.-Valdés          
 
Del libro: "Algarabía"
Editorial: Obra Social y Cultural de Cajasur.
Publicado con permiso de la Autora.
Prohibida su reproducción sin su expreso consentimiento.




    Palabras de origen árabe y hebreo utilizadas en el
    texto.


    Alborozo: Extraordinario regocijo, placer o alegría.
    Albriciar: Dar una noticia agradable.
    Alfaida: La crecida del río por el flujo de la pleamar.
    Alfaque: Banco de arena, generalmente en la desembocadura de
    los ríos.
    Aljamiado: Escrito en aljamía. (Aljamía: nombre que daban los moros
    a las lenguas de los cristianos peninsulares).
    Alquibla: Punto del horizonte o lugar de la mezquita, hacia donde
    los musulmanes dirigen la vista cuando rezan. (El punto del horizonte
    que se tiene enfrente, el mediodía).
    Zéjel: Composición estrófica de la métrica española, de origen árabe.


Música: Domminy 






BODAS DE CANA











Consumado el desierto y el ayuno,
va Jesús a Caná, para un festejo,
le acompañan sus fieles, su cortejo
de hermanos en la fe del Trino y Uno.

Que Jesús será rey, lo piensa alguno,
el pueblo está asombrado, está perplejo:
su universal palabra, su consejo,
su autoridad... El tiempo es oportuno.

Mas hijo es de José, del carpintero,
un obrero modesto, y fue alumbrado
en una pobre cuna de Belén.

Dicen que es impostor, aventurero.
¿No saben que su ciencia ha deslumbrado
a los doctores en Jerusalén?



La boda preparada con cuidado
atrae a mucha gente para ver
al nazareno, va a comparecer
de amigos y familia rodeado.

María observa al novio atribulado,
carece de lo que ha de menester,
piensa que es por Jesús, al atraer
más personas del número esperado.

Ella insinúa a su hijo omnipotente:
No tienen vino. Él dice no es su hora.
Haced lo que Él os diga. Y Él ordena

que llenen de agua cada recipiente.
Con su divinidad transformadora
convierte el agua en vino, en Nochebuena.



La manifestación de su deidad
es necesaria, es su confirmación,
hace en la boda la revelación
del celestial poder y majestad.

Fue por María, por su claridad,
este primer milagro, mediación
que esclareció la gloria, es su misión
el ser corredentora en la Unidad.

La Nueva Alianza es signo de esponsales,
en Cristo se hace amor en este vino,
compromiso del Padre en su Largueza.

Los discípulos ven las credenciales,
descubren que es Jesús el Ser divino,
se abre su fe a la luz, a la certeza.


Emma Margarita R.A-Valdés          
 







Música: Avinu Malkeinu 
         


miércoles, 5 de diciembre de 2012

UNA VIDA SIN VOS



UNA VIDA SIN VOS

En el demoníaco tiempo que obstruye…y que resaltas. 
En las cavernas mas altas 
Donde duermen los sueños, temerosos y furtivos. 
En el umbral de los motivos 
Donde los años y papeles coaccionan, 
Donde las decisiones las toman 
Las sociedades espurias, soberbias y esquemáticas. 
En la estrategia matemática 
De la vida organizada, 
En que las formas del amor 
Se van transformando en fórmulas 
(status, bienestar, disconformismos) 
donde el temblor de ellos mismos 
ya no mueven corazones. 
En el cristal de las razones 
Donde todo parece insoslayable. 
En el céfiro loable 
De tus ropas con botones 
Donde no existen algodones 
Que impidan las formas de tu andar impávido. 
En los espejismos áridos 
De las transgresiones simultaneas 
Donde se gastan las ganas 
Con actitudes perversas 
Donde se quiebran las reglas 
A escondidas de los otros. 
En éste mundo en que nosotros, 
Propietarios de los miedos, 
Intelectuales del silencio, 
Conocedores de lo concreto 
Imaginarios amantes de lo abstracto. 
En éste mundo en el que trato 
De liar tu corazón a tu cabeza 
Siento que como nunca, me pesa 
Tener abierta una herida. 
Siento como jamás, que me pesa 
Tener sin vos… una vida.-

WALTER FAILA 

SABES AMOR?



¿SABES AMOR?

De los amores que he vivido 
Tú…la caricia que ardía en el alma 
…la nube gris, la nefasta tormenta 
…la brisa que abraza y se aleja 
…la roca que protege y lapida 
…el ferviente crítico de mis verdades


Tú…la fuente agotadora, dulce y amarga 
…el profeta de miles de sueños sin frutos 
…el torcedor de palabras, el cuenta cuentos 
…el consejero soberano, la pena, el delito y el castigo 
…el extranjero, el conquistador y el corsario


De los amores que he vivido 
Tú… la idea fija devorando la mente 
… el aliento furioso cual tormentoso océano 
… la blanca verdad, la colorada mentira 
… la carne que se tragaba mis carnes 
… La sangre alimentada por mi sangre


Tú…la cadencia del aria que vistieron los labios 
…la promesa siempre extraña, el círculo eterno 
… la profunda desesperación que ahoga 
….el amor, entrega, placer convertido en comedia 
…la fantasía que me robo el aliento


De los amores que he vivido 
Tú…el grave error de todos los tiempos 
…la enfermedad que carcome los huesos 
…la puerta del averno en la que vivo presa 
…la espantosa distancia de un tiempo sin tiempo 
…el epicentro de mis yoes convertidos en silencios


De los amores que he vivido 
Tú…siempre tú… ¿Sabes amor? 
De nada me arrepiento

FANNY JEM WONG

De los amores que he vivido 
Tú…fuiste él que más he querido… 

viernes, 27 de julio de 2012


 
 
 




POEMA PARA UN ARTESANO LLAMADO JOSÉ
María, en Nazaret, era la esencia
purísima del júbilo y del gozo;
y tú, el callado manantial, el pozo
donde bebía el sol su transparencia.

María era la flor de la ternura,
el vuelo angelical de la paloma;
y tú, José, el regazo de su aroma,
el íntimo caudal de su hermosura.

María era la mar de la belleza,
la inmensidad de Dios que se hizo esposa;
y tú, José, la playa silenciosa
bañada en pleamares de pureza.

María era el Amor que halló cobijo
en la flor virginal de su regazo;
y tú, José, el aliento y el abrazo
donde aprendió su humanidad el Hijo.

María era la madre que sabía
cuidar la casa, preparar la mesa;
y tú, José, el camino, la promesa
de hacer de Dios un Hombre cada día.

Oh, santidad la tuya, tan ingrave,
tan oculta, José, tan amorosa
como la gracia humilde de una rosa
que regala su aroma y no lo sabe.

Oh, temblorosa mano carpintera
que en gotas de sudor y de alegría,
bajo el amor de su carpintería
versificó en plegarias la madera.

Oh, santidad de urdimbres laborales,
desazón de raíz corredentora,
fuente callada, sordomuda aurora,
árbol de ruiseñores celestiales.

José Amor, José Cielo, José Fuente,
José Silencio, claridad sin brillo
que hizo oración de todo lo sencillo
en su taller de amor, sencillamente.

Manantial de prudencias, hondo ejemplo
de discreciones, cátedra artesana,
noche sonora y tímida mañana,
hogar de gozos con olor a templo.

Mira, José, este mundo que habitamos,
huerto de olvidos, muladar de goces,
este orfeón de gritos y de voces,
esta coral de penas que lloramos.

Tú, José, jornalero de ternuras,
artesano de lirios laborales,
enciende en nuestros músculos, ciriales
y lámparas en nuestras amarguras.

Tú, que tuviste a Dios entre las manos
y se las ofreciste encallecidas,
ofrécele el sudor de nuestras vidas
para ganar el pan de ser cristianos.

José, peón de la bondad, obrero
de Dios, puebla de gozo los talleres
y ordena el mundo como tú lo quieres,
como una ofrenda hacia el Amor primero.

Tú, que con la ternura de María
hiciste de tu hogar un santuario,
haz de nuestros sudores un rosario
que sepamos rezar con alegría.

Porque desde que tú, José, maestro
de amor, hiciste salmos de tus músculos,
el trabajo es ofrenda de crepúsculos,
avemaría, salve y padrenuestro.

Y se llama José la reciedumbre
del sudor, la ansiedad de la herramienta,
José el esfuerzo y el afán que alienta
al corazón para avivar su lumbre.

José se llama la humildad sencilla,
el silencio del hombre que labora;
José, la desazón abrasadora
que va rezando surcos en la arcilla.

José la recia hondura del minero,
José la dura brega metalúrgica,
José la espera, la oración litúrgica
del mar cuando regresa el marinero.

Oh, divina y humana artesanía,
enséñanos, José, tu amor, tu huella
y déjanos, como señal, la estrella
maternal y amorosa de María.

 

José María Fernández Nieto
 





 
 
 
   



 


GOTAS DE VIDA
Por
Emma Margarita R. A. Valdés


Brotan versos con la noche,
fuertes, vigorosos, cálidos;
a la luz del nuevo día
nacen secos, fríos, pálidos
Al abrirse el día es mi cuerpo tierra,
hay bruma en los ojos y escarcha en la piel.
Espero que el sol caliente mi cuerpo
y aflore en mi vida el mejor clavel.
Como perro apaleado
estoy en este rincón,
tengo el sueño destrozado
y sangrando el corazón.
El poema es la descarga
de intensa tensión interna,
como fuego de volcán,
como rayo de tormenta.
Quisiera saber
cual es mi destino,
si es risa o si es llanto,
si es rosa o espino.
 
Quisiera escoger
un nuevo camino,
de luz y alegría,
de música y vino.
 
¡Oh, quizá pudiera
cambiar mi destino!
Son los frágiles añicos
de mi consciente locura,
pajaritas de papel,
que tan pronto son velero
como gorro marinero
o como el bonete aquel,
aquel bonete del cura
lleno de móviles picos.
En la esquina confusa
de mi interior sombrío
ha muerto la esperanza
con hambre, sed y frío.
¡Qué lentos pasan los días
en dolor y soledad!.
Con amables compañías,
el tiempo es breve, fugaz.

 

 



Pintor: John Singer Sargent